Este articulo ha sido publicado actualmente, esta investigación a sido observada en ratones de laboratorio, pero es una verdad no muy lejana a nuestro entorno cultural, como nosotros sabemos que una buena alimentación, con alimentos ricos en vitaminas provocara en nuestros alumnos mayor facilidad de retención, memoria, atención y animo para realizar fácilmente todas sus actividades en las aulas, es importante reconocer e implementar cierta normatividad con los alimentos dentro y fuera de la escuela, como la nueva orientación del gobierno por desaparecer la comida chatarra de las escuelas, mencionando la importancia de reducir los niveles de obesidad en las escuelas, este articulo apoya de cierta forma esta nueva visión del gobierno por enriquecer la alimentación de todo el país, generándose de unas de las instituciones más importantes como LA ESCUELA implicados en el aprendizaje, la memoria y el autocontrol de las nuevas generaciones.
Las bacterias que residen en el intestino influyen también en la química del cerebro, revelan unas primeras pruebas empíricas
Un equipo de investigadores del la Universidad McMaster de Canadá ha conseguido por vez primera recopilar evidencias de que las bacterias que residen en los intestinos influyen en la química del cerebro y en la conducta. Según informa dicha universidad en un comunicado, este hallazgo es importante porque diversos tipos de enfermedades gastrointestinales comunes, como el síndrome de intestino irritable, se han asociado frecuentemente con la ansiedad y con la depresión. Además, se ha especulado con que algunos trastornos psiquiátricos, como el autismo de inicio tardío (que aparece después de los dos años), pudieran estar relacionados con un contenido bacteriano anómalo en los intestinos de los afectados.
En líneas generales, en los intestinos de cada persona viven 2.000 especies bacterianas distintas que conforman lo que se denomina la flora intestinal. Estas bacterias llevan a cabo funciones esenciales para nuestra salud, como ayudar a la absorción de nutrientes, sintetizar compuestos o proteger de infecciones. Cualquier trastorno en el equilibro de este ecosistema intestinal puede provocar peligrosos problemas de salud.
Los cambios provocados en la flora intestinal se acompaña de un incremento en el llamado factor neurotrópico derivado del cerebro (BDNF), que es una proteína activa en ciertas áreas del cerebro, como el hipocampo, la corteza, el cerebelo y las zonas esenciales para el aprendizaje, la memoria o la motivación, entre otras.
La presente investigación se diferencia de otras anteriores sobre la relación de bacterias intestinales y cerebro, más centradas en el papel que las bacterias juegan en el desarrollo del cerebro al inicio de la vida, y no en el efecto de éstas en la conducta, explica Collins.
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